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Los Creditos



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Atte: Shinigami Lukitha


[FANFIC] La sed roja.
2012/10/06 | 12:58 | 0 comments
Buenos días a todos!! n.n Aquí actualizando con un One-shot que acabo de terminar ;D Espero que les guste y más a todas esao fanaticos de estos seres tan misteriosos que son los vampiros O(≧∇≦)O Espero que les guste y me dejen un comentario a ver que tal les pareció.
Aqui los dejo con este lindo panquecito vampiro para que lean mi fic n.n Que tengan un lindo día!! (-ω- )o




La Sed Roja.Clasificación: T
Genero: Romance, vampirezco, fantasía.
Status: Terminado.
Sumary: Siempre llegaba a casa a esperar por él. A darle de beber su sangre como muestra de cariño.


A través de los ventanales cerrados podía escuchar el sonido distante del bullicio. Tokio no era una ciudad tranquila y mucho menos por la noche, cuando el reflejo de las luces neón se revolvía con las voces de las personas y las bocinas de los automóviles, la música a alto volumen y algún otro ruido ocasional.

Por el helado ventanal resbalaba la fría lluvia que goteaba bruscamente sobre Tokio aquella noche. El reloj de su habitación se había detenido y aún no había reparado en cambiarle la pila, así que no tenía certeza de la hora exacta, pero seguramente era tarde porque Tokio siempre era más viva por la noche, a merced de la luna.

Al entrar a su habitación encendió la luz y dejo su bolsa en el suelo, a un lado de la casi cerrada puerta, por la que se coló el minino que tenía por mascota. Dispuso una silla frente al único ventanal que había en su habitación y encendió su computadora. Puso algo de música y comenzo a deshacerse de la ropa que llevaba puesta sin detenerse a recogerla del suelo hasta quedar en ropa interior. Tomo el primer par de zapatos que encontró -un par de "flats" rojos- y se los puso. Subió el volumen de la música y apago la luz de su habitación antes de sentarse en la silla con un cigarro recién comenzado entre los dedos. El felino maullo y ella le hizo un espacio sobre sus piernas. Acariciándole el lomo con su mano izquierda y llevando el cigarro a su boca con su mano derecha se detuvo allí a mirar las sombras que el exterior de la ciudad formaba en las paredes de su habitación.

No paso mucho tiempo cuando el minino escogió bajar de sus piernas y andar fuera del cuarto oscuro de su dueña cuando él apareció en la habitación.

Miro al animal salir y se levanto detrás de él, balanceandose al ritmo de la música para cerrar la puerta y balancearse de vuelta hasta su cama a sentarse al borde y fumar con una sonrisa creciente en los labios mientras miraba hacia el ventanal. Una nueva canción había comenzado. Fumo otra bocanada de nicotina y con una mirada lo invito a hacer el próximo movimiento.

Con sus ojos brillando en un intenso tono rojizo y las puntas punzo cortantes de sus colmillos asomándose en su sonrisa, se levanto de su lugar, recargado al lado del ventanal, y se sentó al lado de la chica. Halando de sus hombros la guió a sentarse entre sus piernas y abrazo su cintura. Probo con un beso su piel, justo por debajo de su oreja, donde terminaba su mentón y ya no pudo contenerse más. Podía sentir como su sed crecía al sentir cada punzada de sus venas latiendo bajo su tibia piel.

Tiro la ceniza del cigarro al suelo y después de una probada más comenzó a cantar fingiendo una voz ronca mientras podía sentir como sus besos bajaban lentamente por su cuello. Ya sabía a donde iba, no necesitaba decírselo. Pateo sus "flats" fuera de sus pies, recogió su cabello sobre su hombro y ladeo su cabeza para que él pudiera besar cada rincón mientras ella esperaba cantando que llegara a su destino.

Cada punto que besaba latía más que el anterior y con cada uno su cuerpo ya dolía en ansiedad. Era ya el final de la canción y cuando su voz canto el último verso: -"What are you waiting for to sing another fucking Shalalala? Shalalala..."- sus colmillos perforaron su cuello. La sintió exaltarse, pero pronto se relajo y con apenas el hilo de voz que le salía canto todos aquellos "Shalalala..." que quedaban antes de que la canción acabara y comenzara otra nueva.
El cigarro resbalo de sus dedos y él lo restrego en el suelo con su zapato. La punta rojiza del cigarro se consumió bajo su zapato, así como él la consumía a ella sin remordimiento entre sus brazos, saboreando cada gota de la dulce sangre que brotaba de su cuello. Apretó más su agarre alrededor de su cintura con un brazo mientras su mano libre se arrastro acariciándole la piel erizada hasta llegar a su cabello. Acarició cariñosamente su cabeza sin dejar de beber de ella hasta la última gota que saciara su sed.

Su mente daba vueltas y llego un momento en que su cuerpo pesado era inmóvil. Apenas podía distinguir lo que era, lo que estaba, tras sus ojos cansados y sus parpados casi cerrados. Una última palabra fue lo único que pudieron articular sus labios antes de que todo se volviera oscuro.

Tras sus labios quedo la marca de sus colmillos en su piel. Lamió el rastro de sangre que había quedado en su cuello y se levanto con ella inconsciente en sus brazos. La acostó en la cama bajo la sabana y el cobertor, se inclino sobre ella y sonriendole al rostro durmiente de la chica recargo su frente sobre la de ella y cerro los ojos por un momento.
Trago saliva y antes de incorporase deposito un beso en su frente. Abrió los ojos y ya no había rastro del carmesí en ellos. Extendió una mano para recoger el cabello de la chica detrás de su oreja y se decidió por inclinarse una vez más sobre ella y besar sus labios, pero el rechinido de la puerta abierta que había quedado tras el minino que entro en la habitación lo detuvo.

Se incorporo y miro directamente a los ojos acusadores de la mascota que ahora yacía acostada al lado de su dueña. Sonrió burlón. Acaricio la cabeza del felino y sin más que hacer allí, camino hacía la ventana.

Ya era hora de partir.



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